viernes, 26 de marzo de 2010

LADRON QUE ROBA A OTRO LADRON?


RECUENTO DE LOS MÁS GRANDES ASALTOS EN LA HISTORIA CRIMINAL ARGENTINA

Los primeros grandes robos de bancos comenzaron en Estados Unidos, a principios del siglo pasado. Las quiebras en los bancos por esos territorios eran algo habitual, llevándose así, los ahorros de la gente trabajadora.
La metodología de dichos ladrones descansa en la no violencia –en la mayoría de las veces- la inteligencia, y robar el dinero de entidades que ya roban previamente con total impunidad y avaladas por el gobierno. Surgió así, una extraña simpatía hacia los ladrones de bancos por un sector de la población más humilde.
Pero hagamos un pequeño recuento de los principales robos que dejaron su impronta en la historia criminal argentina.
Sentando precedentes
José Murillo arremetió en la Casa de la Moneda un 28 de diciembre de 1851 y le mostró al presidente de la Institución un mensaje manuscrito con la supuesta firma de Juan Manuel de Rosas, donde le exigía la entrega de 2 millones de pesos. En menos de una hora, Murillo salió de allí con la fortuna en su mochila.
Tiempo después fue capturado y condenado a fusilamiento por robo y falsificación de documento. Boquetero Charrúa
El uruguayo Claudio Rubén Silva Silva, sentó precedentes con la modalidad del "boquete".
Mientras el hermano de Silva Silva, trabajaba en la sucursal Plaza San Martín del Banco Galicia. El "rey de los boqueteros" -como lo apodó la misma policía- de 25 años; mientras visitaba asiduamente a su hermano en su lugar de trabajo, configuraba su plan.
Finalmente, el 7 de agosto de 1976, entró al banco con tres cómplices, rompió una pared y entre sándwich y sándwich, abrió 95 cajas. Con botín en el morral, partió para su casa en subte.
Robo en Bellas Artes
Navidad de 1980, el Museo de Bellas Artes contaba con escasa seguridad. Un grupo de hombres irrumpe al mismo forzando las puertas con sopletes. Con gusto impecable y tiempo a favor, eligieron las mejores piezas del primer piso y la planta baja, 16 cuadros y 7 piezas artesanales valuados en 25 millones de dólares. Se escaparon por el techo, mientras una camioneta los esperaba afuera.
20 años después, se tomó conocimiento sobre el paradero del botín, gracias a una agencia internacional dedicada al tema. Aún así, jamás se supo nada sobre los ladrones.
El tesoro de Rosario
Lo que para algunos puede ser un trabajo burocrático, para otros fue una oportunidad. A fines de 1992, el Banco Central actualizaba sus viejos australes por los nuevísimos pesos. El cambio consistía en tomar 500 mil australes, quemarlos y remplazarlos por los de 50 pesos. Norberto Schiavetti, jefe del Tesoro de Rosario, recibió el llamado de un funcionario del Banco Central advirtiéndole que irían tres inspectores a retirar 30 millones de pesos en billetes de 500 mil australes. Obedeció Shciavetti y al día siguiente estuvo con el acaudalado camión, esperando en el aeropuerto, dónde los tres inspectores le mostraron la siguiente nota: "Debido a la falta de billetes de $50, el Directorio del BCRA ha resuelto por una situación de emergencia, el reciclaje de 500.000 australes para una zona del país". Schiavetti, les entregó el dinero y los “inspectores” desaparecieron con la plata. Los estafadores habían desviado las líneas telefónicas para perpetuar el engaño.
Fueron atrapados cuando uno de ellos le contó lo acontecido a un pai umbanda.
Cinco personas fueron condenadas a cuatro años de cárcel, pero el dinero nunca apareció.
Las cajas del Banco Mercantil
Empleado infiel mediante, una cantidad aún no conocida de hombres entraron por un boquete hasta el Banco y vaciaron 200 cajas con un botín que rondaba en los 20 millones de pesos. Con la tranquilidad de un feriado de 1992, operaron con tranquilidad para jamás ser detenidos.
Por primera vez, un cliente del Banco, demandaba al mismo por considerarlo responsable directo.
El tesorero Mario Fendrich
El viernes 23 de septiembre de 1994, el subtesorero del Banco Nación de Santa Fe, sacó de la bóveda 3.187.000 pesos y la programó para que se abriera recién el día 27, lo que le daría suficiente tiempo para escapar.
Fendrich permaneció prófugo unos meses pero terminó entregándose el 9 de enero de 1995 con una rara coartada: dijo que la “banda” lo había mantenido como rehén mientras era obligado a retirar el dinero del Banco. Por cierto nadie creyó la historia y fue condenado a 8 años de prisión que se convirtieron en cuatro gracias a su buena conducta.
Hoy día trabaja avocado en su fábrica de yeso, aunque el dinero no se recuperó jamás. Por lo pronto nadie excepto él, sabe dónde están los 3 millones.
Boquete en el Banco de Crédito
En 1997 una banda de boqueteros irrumpió en el Banco de Crédito de Recoleta y se llevaron 20 millones de pesos. Luego de haber cavado un túnel durante tres meses desde un local aledaño, abrieron 270 cajas contenedoras de joyas y efectivo. Pese a las advertencias del potero de un edificio que admitió haber escuchado ruidos muy fuertes en el sótano y de la alarma del banco, la policía no llegó al lugar, sino luego de que los perpetradores del robo se habían ido.
Meses después de detuvo a cuatro hombres –dos de ellos ex agentes de la SIDE- pero sólo se recuperaron 360 mil pesos.
“Venimos a arreglar la calefacción”
El 27 de mayo de 1999 cuatro hombres vestidos de operarios entraron tranquilamente en la sucursal de la Banca Nazionale del Lavoro en pleno centro de la Capital Federal, afirmando “Venimos a arreglar la calefacción”. En cuanto llegaron al subsuelo, tomaron a los seis empleados, un policía y dos guardias, mostrando sus armas de fuego, lograron que les abrieran la caja principal y robaron casi 2 millones de pesos. Recogieron los videos de las cámaras de seguridad y se marcharon por la misma puerta por la que entraron previo a dejar una falsa granada en el lugar para evitar que los siguieran.
Jamás de supo nada de ellos.
El “robo del siglo”
El 13 de enero de 2006 se perpetuó un minucioso y cinematográfico asalto al Banco Rio de Acasusso. El golpe incluyó simulación de toma de 23 rehenes y fuga a través de túneles y cañerías.
Al menos 5 ladrones entraron disfrazados y con armas de juguete por la puerta principal del Banco y vaciaron 145 cajas de seguridad por un monto de 10 millones de dólares en dinero y joyas. Al terminar el plan, un boquete detrás de un armario los esperaba para partir en gomones por el Río de la Plata.
Mientras la policía observaba la falsa toma de rehenes durante 8 horas, los ladrones ya estaban en sus casas mirando el episodio por televisión. Dejaron una nota que decía: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores. Es sólo plata, no amores". Cientos de efectivos policiales terminaron siendo burlados, por lo que se creía, el golpe perfecto. Pero el hilo se cortó por lo más fino, la mujer de uno de los perpetradores, confesó –por despecho- la participación de su marido en el “robo del siglo”
Los ladrones lograron gastar el 1% del botín robado, sólo 3 millones fueron recuperados por la policía y el resto todavía no se ha podido hallar.
El “robo del milenio”
El sábado por la noche del 6 de marzo de 2010, el encargado de un edificio pegado al banco le abrió la puerta a un repartido r de pizzas, al irse el repartidor, arremetieron dos hombres encapuchados y fuertemente armados, dentro del edificio. Luego de hacer entrar a 6 hombres más, se dirigieron hasta el octavo piso, donde desde allí realizaron el boquete hasta la sede del banco, terminando la faena para la mañana del domingo.
Abrieron 218 cajas de seguridad con la tranquilidad de quien opera sin alarma ya que fueron deshabilitadas por ellos mismos y estiman que poseían la clave de la puerta de acceso a las cajas. Sólo 99 de ellas estaban habilitadas, por lo que se descartó que se tratase de un robo millonario.
Mientras la policía investiga si hay conexiones entre los asaltantes del Banco Río y los del Banco Macro, es casi seguro que se trata de una disputa por el cartel de los golpes a bancos, ya que uno de los ladrones dejó escrito en la pared del Macro: “Este no será el robo del siglo, pero sí del milenio”

Alexis Montefiore

POR DETRAS DEL 24 DE MARZO

Una sana polémica se desató alrededor de esta fecha, en Facebook y a raíz del artículo escrito por Christian Sanz, que provocó una catarata de comentarios en los cuales fue tratado de “zurdo”, mote risible que también se endilgó a quien escribe estas líneas.
Tan ridículo como una de las afirmaciones vertidas en la mencionada trinchera cibernética, que sin hesitar calificaba que en esa fecha de 1976 se produjo la victoria contra el comunismo.
Pues cuando aconteció el golpe de marras, en Washington el entonces presidente Gerald Ford se congratuló con Henry Kissinger y con Nelson Rockefeller, relamiéndose al pensar en los pingües negocios que harían con el ministro de Economía designado por Videla José Alfredo Martínez de Hoz. Pero también en Moscú, en los salones del Kremlin el premier Leonid Brehznev chocaba los cinco con Andrei Gromyko, pensando en lo mismo. Plin caja.
Aunque los militares futuros genocidas se regodeaban viéndose a sí mismos como los últimos centuriones de Occidente asediados por las hordas marxistas, contaban con el paradójico apoyo crítico del Partido Comunista Argentino, stalinista hasta el tuétano, asegurándose así el envío al país socialista amigo miles de toneladas de cereales y la abstención sistemática de la URSS en la ONU cuando se condenaba a la Argentina por violaciones a los derechos humanos.
Pero para que esto ocurra, fue necesario previamente incubar el huevo de la serpiente: ‘’Más allá de la vocación revolucionaria de la inmensa mayoría de sus integrantes, la guerrilla fue usada por un grupo de sus jefes —como Firmenich y otros agentes cubano-soviéticos— para eliminar rivales en la cúpula empresarial, sindical, militar y estatal; luego para hostigar a Perón, y finalmente para desestabilizar a Isabel Perón. Según trascendidos del informe del general Acdel Vilas a la Cámara Federal de Bahía Blanca —ocultado hasta ahora por la cúpula militar y por el gobierno alfonsinista— en él se aborda esta espinosa cuestión: sus jefes y los de la guerrilla eran la misma cosa.
El sector de Videla-Viola había ilusionado a los partidarios del llamado ‘camino peruano’ (que pretendían reproducir el entonces proceso del general Velazco Alvarado en Perú), con un nuevo golpe-posterior al 24 de marzo de 1976- al que llamaban ‘la segunda vuelta’. Golpe en el que ‘se desprenderían’ de los occidentalistas. Estos últimos aprovecharon el lanzamiento de la represión y el grupo Videla-Viola tomó la decisión de ponerse a la cabeza, firmando un ‘pacto de sangre’ en la cúpula militar. Pacto que selló la suerte de esa juventud: ‘el país socialista amigo’ y los generales ‘peruanistas’ los canjearon por convenios cerealeros y por las jugosas coimas y negociados de esos años’’, cuenta Oscar Marioni en el citado libro Atlántico Sur y la crisis militar.
Entonces, a partir de la revolución sandinista en Nicaragua en 1979, la Argentina comienza a entrenar a los “contra”, antiguos miembros de la Guardia Nacional somocista, al mismo tiempo que recibe turbinas soviéticas para la represa hidroeléctrica Salto Grande. El 24 de diciembre de ese año, la URSS invade y ocupa Afganistán. Y como represalia, el alicaído presidente James Carter decreta un boicot a las exportaciones a la URSS, y además instó a no concurrir a las Olimpíadas que se celebrarían en Moscú al año siguiente.
La Argentina, para ira de los EEUU, no hace ni lo uno ni lo otro, duplica los cargamentos de granos, carnes y lácteos y envía gustosamente a sus atletas a la megacompetencia internacional. Como contrapartida, se intensifican las misiones militares de alto nivel a nuestro país intercambiándose impresiones y conocimientos.
Una coherencia que mata
Esto demuestra a las claras cómo la dictadura militar hasta su cenit, gozó del beneplácito de ambos bloques hegemónicos. Sobre todo a partir de la asunción del sucesor de Carter, Ronald Reagan, quien junto a su ladero Alexander Haig veían a Argentina como un aliado natural en la lucha contra la agresión marxista. Aunque naturalmente no concebían que a pesar de esto, la URSS continuaba siendo el principal socio comercial de Argentina, seguido por el Irán del ayatollah Ruhollah Khomeini.
Y aquí hay que hacer una salvedad. Cuando en noviembre de 1979 se produce la toma de la embajada estadounidense en Teherán, el desesperado Carter recurre a la mediación de un extraño personaje, el argentino Héctor Villalón, un ex montonero con conspicuos contactos con Massera y la Propaganda 2. En 1985, este personaje fue quien sugeriría a Reagan y al entonces jefe de la CIA William Casey, apelar a la triangulación de armas a Irán, que luego pasaría a la Historia como el escándalo Irán-Contras.
Como puede apreciarse, las cosas en este terreno sinuoso jamás son como parecen y menos como aparentan. Pues, como bien afirmaba Juan el evangelista, autor del libro Apocalipsis, la política es un mar embravecido, en el que desaparecen en sus aguas los incautos, los idiotas útiles mientras que se salvan aquellos que pueden permanecer a flote izando muchas banderas, pero jamás la propia.

Fernando Paolella

sábado, 20 de marzo de 2010

PRACTICAS DE COMBATE NOCTURNO


CRÓNICA PERSONAL Y DESCARNADA DE UN PERIODISTA Y EX COLIMBA


Hacía mucho frío en la desolada estepa patagónica, esa noche de principios de junio de 1984. Y para peor, ese viento incesante y omnipresente calaba hasta los huesos, obligando a los colimbas clase 65 de la Batería Comando y Servicio, del Grupo de Artillería 11 asentado en la localidad santacruceña de Comandante Luis Piedrabuena, a no dejar expuesta ninguna porción de piel.

-La puta madre, hace un frío de cagarse. Si no fuera por esta boludez, estaríamos calentitos en la cuadra….
- Sí, pero pensá que ahí ellos tienen razón. Pues nos dijeron que iban a intensificar las prácticas de combate nocturno, debido a lo que ocurrió en Malvinas…
-Dejate de joder, eso ya pasó hace dos años!. ¿Qué carajo tenemos que ver nosotros, en esta porción olvidada del culo del mundo?
El otro optó por el silencio, dado que su compañero distaba mucho de entrar en razones. Y menos pensar que, dos años atrás, pibes de su misma edad precisamente no estaban haciendo prácticas.

La voz del cabo primero Hudson le cortó por un instante la ensoñación:

-¿Qué le pasa al milico quejoso?
-Nada, mi cabo primero. Es que le preguntaba a mi compañero sobre si todo esto es al pedo…
Hudson esbozó una sonrisa, se puso en cuclillas y su mirada comenzó a bucear en sus recuerdos recientes:

-¿Al pedo dice, soldado? ¿Sabe dónde estaba yo en 1982?
Su compañero miró al suboficial, luego percibió al observar su FAL un detalle que le intrigó. Llevaba un cargador extra dado vuelta, adosado al otro con una venda. El cabo primero se dio cuenta al instante, y posó su mano izquierda allí:

-¿Saben por qué es esto? Hace dos años, estaba destinado en un monte a las afueras de Puerto Argentino. Era un cabito recién egresado de la Escuela Lemos. En medio del ataque final de los británicos, el oficial a cargo y el sargento primero se las tomaron al pueblo, y me dejaron solo con un grupo de colimbas. Teníamos a unos gurkhas a 30 metros, que no paraban de cagarnos a morterazos en medio de infernales risotadas. Luego se nos vinieron encima, por eso lo del cargador doble, porque eran tantos que por más que bajaras a unos cuantos, era imposible pararlos….

En ese momento, un par de bengalas rojas surcaba el cielo estrellado. Su descenso fantasmal enfrente de ellos hacía más irreal la espera. No había nada más que agregar, pues toda palabra estaría de más.

-Perdón, mi cabo primero. No quise ofenderlo….
-No pasa nada, soldado. No tenía por qué saberlo….
Quien escribe estas líneas, en ese momento estaba haciendo la colimba. Le tocó en una época extraña, a meses del tratado de paz con Chile que se firmaría en octubre de ese año, y aún en estado de guerra con Gran Bretaña. Además, su situación era muy interesante, dado que dicha localidad estaba ubicada a escasas horas de vuelo del entonces Port Stanley y de la frontera chilena.




El jamón del sandwich



Antes de la firma del tratado en cuestión, la unidad recibió la visita del jefe del 5° Cuerpo de Ejército, basado en ese entonces en Bahía Blanca, general de brigada Mario Sánchez. Con motivo de esto, tendría lugar una reunión de alto nivel con la plana mayor, integrada en ese momento por el teniente coronel Juan Carlos Mugnolo y por el mayor Wagner. Se había recibido unos inquietantes informes acerca de un posible intento de agresión chilena, motorizados por sectores ultras de sus FFAA, descontentos por el desarrollo de las negociaciones diplomáticas.

El entonces colimba Paolella estaba de cuartelero de la cuadra, iba y venía con el escobillón cuando escuchó algo proveniente de la oficina del Centro de Dirección de Tiro, donde se desarrollaba la reunión, que lo dejó pasmado:

-Mi teniente coronel, nosotros poseemos informes que los chilenos nos superan en blindados en una proporción de 4 a 1, ni hablar en helicópteros. Por eso, sabemos que en caso de un ataque efectuarían una ofensiva hacia Río Gallegos, y otra con destino Comodoro Rivadavia…
-Entonces, mi general. Nos partirían en dos..
-Exactamente, teniente coronel. Quedaríamos aislados del resto del país, imposibilitados de recibir inmediatamente refuerzos…Como ven, la situación es muy seria.
Dejó barrer, y se apoyó en el escobillón. Recordó que a 33 km de allí, en Puerto Santa Cruz, estaba situada la Brigada Mecanizada XI, dotada en ese momento de tanques AMX-30.

No sería suficiente para frenar la oleada, con el agravante de la posibilidad latente de una incursión artera proveniente del socio que acechaba en la Fortaleza Falklands.

Su cara de preocupación alertó al subteniente de semana:

-¿Qué te pasó, viste un fantasma?
-Ojalá, mi subteniente. Escuché que en caso de ataque chileno, seríamos el jamón del sándwich.
-Ah, estabas escuchando lo que decían en la reunión. ¿Viste? Esto es el principio de la desmalvinización, que luego como consecuencia traerá aparejado el desarme de las FFAA…
-Claro, con la cantinela del Proceso metiendo en la misma bolsa la derrota en Malvinas y como excusa vale todo…
-¡Qué pelotudez! ¿Usted que tenía que ver, si ahora tiene 21 años? ¿No se dan cuenta que si los desplazan a ustedes le hacen el juego al imperio?
-Vos tenés 18 años y te das cuenta. Ellos también, pero como bien dijiste a los centros trasnacionales de poder le conviene nuestra indefensión. Fijate que estamos terminando este siglo, en los albores del año 2000, década en la cual seguramente surgirá un nuevo concepto de guerra en la cual la posesión de los recursos naturales y su defensa tendrán un papel fundamental.
Las arenas del tiempo pasaron, y este acontecimiento ya no es más que un recuerdo. Pero lo que sí perduró, y ahora con un par de submarinos nucleares británicos paseando en el Atlántico Sur, fue la estupidez y la desidia por las cuales nuestro país sólo puede ofrecer una resistencia simbólica ante cualquier agresión externa.




Fernando Paolella