A seis meses del accidente, se probó el deterioro del asfalto y de la banquina. Y que el pasto impedía la visión.
Por: Fernando Soriano; Oriana Padello (Especial para Clarín)
"NO LAS OLVIDAREMOS". Cristina puso una imagen de su hija abrazando a sus dos nietas, custodiadas por la Virgen del Rosario de San Nicolás. (Lorena Lucca).El mal estado de la ruta, la falta de señalización -más el asfalto mojado por la lluvia de ese día- habrían sido la combinación fatal que descontroló el Fiat Duna de la familia Pomar en la curva de Plazibat, milésimas de segundos antes de los vuelcos, las muertes y el comienzo de un tremendo papelón disfrazado de misterio. A seis meses de la tragedia, todos los caminos de la causa en la que se investiga cómo y por qué murieron Fernando Pomar (40), María Gabriela Viagrán (36) y sus hijas Candelaria (6) y María Pilar (3) conducen a la falta de mantenimiento de la ruta provincial 31.
Los investigadores reconocen que, al menos por ahora, la mayor responsabilidad sería de Vialidad de la Provincia de Buenos Aires: la pericia accidentológica probó que había pastizales que dificultaban la visión, que la banquina estaba picada y, sobre todo, el muy mal estado del asfalto, por lo que se habían formado hondonadas de tres centímetros de profundidad en la ruta. "Así, con la lluvia de ese día, se depositó agua que provocó que el auto hiciera un 'acquaplanning' (pérdida de contacto entre los neumáticos y el suelo a causa de un charco) y se despistara", explicó Aquilino Giacomelli, abogado de María Cristina Rober, madre de Viagrán y querellante.
Sin embargo, un rayón blanco que cruza casi todo el costado izquierdo del Duna podría agregar información y sumarse a las causas que derivaron en el accidente. Un examen técnico llamado "espectrofotometría infrarroja" determinó que esa marca es pintura acrílica blanca, por lo que podría haber habido un roce con un auto. "Ahora se va a comparar con pintura de algunos autos que pudieron haberse cruzado con el de Pomar", adelantó Giacomelli. Nadie lo admite públicamente, pero muchos sospechan que ese auto pudo haber sido un patrullero de la Bonaerense.
Hay quienes de esta forma entienden mejor la negligencia en la investigación de la Policía. Ocho efectivos están procesados en la otra causa del caso, acusados todos por incumplimiento de deberes de funcionario público, por no haber hecho caso a dos llamados al 911 y, en algunos casos, por falsedad ideológica de instrumento público, ya que se cree que tres policías fraguaron el acta de rastrillaje. "Con las pruebas que hay, sobra para condenar a los policías", aseguró Giacometti.
"No sé quién es el culpable, honestamente. Denuncié a Vialidad por el estado de la ruta, por la mala señalización, porque no era un lugar para semejante desgracia. Y quiero que estén todos los policías presos. Que hayan echado a Stornelli es una buena noticia, ojalá el nuevo ministro trabaje mejor que él", protestó María Cristina Rober, madre de Viagrán, quien reconoció sentirse "desamparada" por la Justicia. La mujer protesta contra la fiscal de la causa del accidente, Karina Pollice, "porque no hace nada y dejó que se dijeran muchas brutalidades".
Clarín ya había recorrido la ruta 31 cuando todavía se buscaba a los Pomar y comprobó el pésimo estado del camino. Ahora volvió.
El único arreglo que se hizo es en la curva Plazibat donde ocurrió el accidente, y fue hace pocos días: allí, donde ahora pueden verse cruces que recuerdan a la familia muerta, se pintaron las líneas amarillas que dividen los sentidos de circulación, y las banquinas están delimitadas con pintura blanca.
También agregaron un cartel que alerta sobre proximidad de la curva peligrosa. Pero nada más: ni antes ni después de la curva hay más arreglos que algunos baches tapados. El resto de la ruta está como antes: abandonada como siempre.
