sábado, 20 de febrero de 2010

HEBE DURA CON D'ELIA



¿Pelea irreconciliable o sólo un malentendido?
Siempre polémica, Hebe de Bonafini, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, volvió a disparar contra un aliado del oficialismo. Hoy le tocó el turno al piquetero oficialista Luis D’Elía, a quien puso en la fina línea que divide el apoyo de la traición al kirchnerismo. "Cuando D’ Elia dice los disparates que dice, yo no sé qué le agarra. ¿Qué tomará D’ Elia?", se preguntó Hebe en su tradicional ronda de los jueves.
"Le voy a preguntar. Capaz que toma esas bebidas nuevas que salieron, ¿vio? Que son bebidas gaseosas pero tienen otro nombre", afirmó. "Capaz que toma una de esas y lo volvió medio loco porque de repente está con el Gobierno y de repente sale a patear todo el tablero", se enojó la aliada incondicional del matrimonio K. "No entiendo qué le pasa", remató.
Enseguida, Bonafini volvió a agitar el fantasma de la traición, latente en el Gobierno desde el voto no positivo de Cobos. "No sólo hay traidores en los radicales, no nos engañemos, los peronistas también tienen una manga de traidores terribles", alertó, sin aclarar si se refería a la figura del piquetero, quien la semana pasada se quejó del reparto de planes sociales para las cooperativas, adelantando una posible marcha y diciendo que "el que avisa no traiciona".
En otro tramo de su discurso, Hebe fue contundente y envió un claro mensaje a los periodistas de su radio (AM 530 - La voz de las Madres): "¡No tienen que leer las noticias de Clarín y La Nación! ¡No son noticias, son difamaciones! ¡Por favor, lean los diarios como la gente!", sentenció.
"Nosotros, nuestra radio, espero que todos los periodistas de nuestra radio lo escuchen, no pueden leer y repetir lo que dice Clarín y La Nación. No compremos más esos diarios de mierda, no escuchemos más las noticias de mierda de los canales de mierda que sólo tiran mierda", disparó. "Página/12 hay para leer. Empiecen Página de adelante hasta atrás y lean aunque sean hasta los avisos de Página", recomendó.
Fuente: Perfil.com.

MALVINAS: UNA VIEJA ENTREVISTA A GALTIERI


Atlántico Sur: desempolvando Incunables
En honor del profuso interés suscitado por este tema apasionante, evidenciado en los interesantes comentarios de varios lectores, este humilde escriba hurgó en su archivo y encontró un material que, a la luz de los actuales acontecimientos, adquieren tremenda vigencia.

Este es un reportaje a Leopoldo Fortunato Galtieri, publicado en Clarín nada menos que el 2 de abril de 1983, justamente el primer aniversario del desembarco argentino en Malvinas. El mismo es un suplemento, redactado por Juan Bautista Tata Yofre, quien durante los días 29 de julio, 11 y 18 de agosto de 1982 buscó respuestas que aún pasados 27 años siguen sin ser atendidas en toda su dimensión.
En el primer día, Yofre intenta desgranar cómo se llegó a elaborar la operación Rosario:
‘’-¿Cuándo se planeó la operación?
-El planeamiento de la operación se ordenó en enero, dentro del mayor secreto, sin conocerse con precisión la fecha a ponerse en ejecución. En esa reunión participaron Vaquero, Lombardo y Plessi. A diferencia de otros ‘’juegos operativos’’ (yo hablé de la ‘’mesa de arena’’ y del ejercicio permanente de planificación de operaciones), les dije que tomaran todos los recaudos pues ésta sería una ‘’operación que se llevaría a cabo’’. Plessi me preguntó cuánto tiempo les daba para armar la operación. Yo respondí que calcularan la toma de Malvinas para alrededor de julio.
-¿Qué hizo que se adelantara la invasión?
-El incidente de Gritvyken.
-Pero ese incidente, ¿no estuvo preparado? ¿No iban en el grupo de civiles algunos militares?
-No, tan solo iban uno o dos hombres de Marina.
-¿Cuándo recuerda usted que se estableció la fecha de la ocupación, el día ‘’D’’?
-La fecha se estableció una semana antes. Pero, de que se concretara la operación dependía de un montón de factores (el tiempo, entre otros) Tanto podía realizarse el 1, el 2 o el 3. La operación se realizó como estaba prevista, todo funcionó a la perfección, como un mecanismo de relojería’’.
El mentado incidente de Gritvyken no es otro que el relatado en un artículo anterior, utilizado como excusa. Recordando en el mismo que el empresario Constantino Davidoff y su empresa chatarrera Georgias del Sur SA, tenía un contrato para desguazar unos antiguos puestos balleneros en Puerto Leith, Strommess y Husvik, en Georgia del Sur, con la firma escocesa Christian Salvesen Co, situada en Edimburgo. Obviamente, tanto el Foreign Office y la embajada británica estaban al corriente de esto. Pero el 23 de marzo, Londres amenazó con desalojar a los chatarreros por la fuerza, decidiendo Thatcher enviar al HMS Endurance para evacuar a Constantino Davidoff y a su gente. Por más que la Junta Militar insistiera con que se ha tratado de una misión puramente civil y comercial, incluso aprobada por la embajada en Buenos Aires, los británicos, atribuían dicha presencia como si se tratara de una fuerza argentina de ocupación. Así, el viernes 26 confusas informaciones británicas daban cuenta que, en vista de “una invasión argentina a las Falkland”, propaladas sobre todo por los sensacionalistas The Sun y de Daily Mirror, la Primer Ministro había decidido como respuesta el envío de una poderosa fuerza aeronaval al Atlántico Sur.
Paradójicamente, los mismos diarios que ahora están agitando vendavales de tinta con tal que el gobierno de Gordon Brown opte por la salida militar.
Tras otro manto de neblinas
Por más que algunos medios y políticos no traten a este tema con la debida importancia que se merece, el mismo posee un valor simbólico de profecía autocumplida. Pues desde el instante mismo de la inconsulta rendición de Mario Benjamín Menéndez, aquel lunes 14 de junio de 1982, que coincidió con el secreto militar británico impuesto por Margaret Thatcher hasta esa misma fecha en 2082, se evidenció que luego de la recaptura de Malvinas seguidamente le tocaría el turno a la Antártida. El continente blanco, con sus ingentes recursos de krill, uranio y petróleo, se yergue ante la voracidad de las compañías explotadoras trasnacionales como la última gran reserva disponible de un ya saqueado planeta.
’Circunstancias políticas –tales como la inestabilidad del Medio Oriente, o de Sudáfrica- pueden volver crítica la existencia de determinados elementos y nuevamente los ojos se dirigirán hacia la Antártida o los minerales de los fondos marinos. Lo mismo puede decirse del desarrollo de nuevas técnicas que abaraten los costos.
En suma, la batalla por la región ya ha comenzado con el krill y puede intensificarse, en un plazo mediano, incluso inesperadamente para quien no se haya dispuesto a participar activamente en ella’’. Esto escribió Oscar Marioni, en su libro El Atlántico Sur y la crisis militar, en abril de 1989. Es decir, casi 20 años atrás.
Por lo visto, hace dos décadas atrás se preveía lo que está pasando ahora pero no se hizo nada al respecto, y el devenir de los acontecimientos prosigue devorando a los incautos.

Fernando Paolella